viernes, 19 de abril de 2013

LAS HABILIDADES COGNITIVAS EN NIÑOS PREESCOLARES. UN ESTUDIO COMPARATIVO EN UN CONTEXTO DE POBREZA


ANA BETINA LACUNZA*UNIVERSIDAD DEL NORTE SANTO TOMÁS DE AQUINO – ARGENTINA. NORMA CONTINI DE GONZÁLEZ** UNIVERSIDAD NACIONAL DE TUCUMÁN – ARGENTINA. ALEJANDRO CASTRO SOLANO***UNIVERSIDAD NACIONAL DE BUENOS AIRES - ARGENTINA
La intencionalidad de los autores de este texto es describir las habilidades cognitivas simultáneas de niños y niñas en situación de pobreza de san miguel de Tucumán (argentina), donde se evaluaron 283 niños de 3 a 5 años. Según el sexo, el diagnóstico nutricional y los niveles de NES (nivel socioeconómico) bajo en un mismo contexto de pobreza.
En esta investigación logran dar a conocer que el déficit nutricional  influye en las funciones cognitivas que impacta de corto a largo plazo  el desarrollo del sistema nervioso.  Logrando así hacer comparaciones de niños provenientes de hogares con numerosos indicadores de necesidades básicas insatisfechas (NBI) respecto a sus pares pertenecientes a familias con necesidades básicas satisfechas. Lo que logro indicar que variables socioeconómicas se asocian estrechamente con el estado nutricional y el desarrollo cognitivo del niño.
Por otro lado, de acuerdo a Andrés Pueyó (1996) quien  define a las habilidades cognitivas como aquellas cualidades o rasgos característicos de una persona que están presentes al momento de realizar una tarea mental y que corresponde al desarrollo -por entrenamiento o práctica- de las capacidades potenciales del individuo. 
De acuerdo a lo anterior, Das y Mensink (1989) estudiaron si existía una relación entre las habilidades cognitivas simultáneas y secuenciales, evaluadas por el K-ABC, y los logros escolares en lectura y matemáticas. En su estudio participaron 79 alumnos de 5° grado. Encontraron que los mayores desempeños en tareas relacionadas al procesamiento simultáneo y secuencial se asociaban a la decodificación y comprensión para la lectura como para la resolución de problemas matemáticos.
En definitiva, estos datos permiten afirmar que el fenómeno de la desnutrición no explica, de modo aislado, las dificultades cognitivas en niños con privaciones socioeconómicas, ya que otros factores de la pobreza coexisten junto a las carencias nutricionales. Cortes, Romero, Hernández C. y Hernández P. (2004) afirman que se ha relativizado el valor de las carencias nutricionales en el desarrollo del niño, principalmente en las limitaciones cognitivas. Determinantes biológicos, afectivos y sociales constituyen factores de riesgo en un cuadro de desnutrición en un contexto de pobreza, por lo que no es posible plantear una relación unicausal entre la presencia de desnutrición y el déficit cognitivo.
Al considerar la temática de la pobreza, no sólo es importante plantearla en términos de posesión de bienes, sino que en sentido psicológico cabe considerar cómo impactan las múltiples privaciones y ambientes carenciados en el desarrollo cognitivo y social del niño. Las privaciones económicas generan incertidumbre y estrés, por lo que aumentan la posibilidad de estados emocionales negativos en los adultos a cargo del hogar (Lipina, 2006). Estas perturbaciones psicológicas en los padres tales como depresión, ansiedad, escaso control de los impulsos, entre otras, pueden teñir negativamente las prácticas de crianza. A su vez, estas modalidades pueden limitar las posibilidades de que el niño cuente con el acompañamiento del adulto para explorar su contexto más próximo, provocando así consecuencias negativas en la constitución de una personalidad saludable (Ardila, 1979).
Sin embargo, no todos los sujetos de estos contextos desfavorecidos responden del mismo modo ante estos factores estresantes producto de la pobreza. 
En síntesis, este estudio mostró que los niños desnutridos y no desnutridos pertenecientes a contextos de pobreza tenían habilidades cognitivas simultáneas y secuenciales similares. Sin embargo, se demostró que a medida en que aumentaban las condiciones de pobreza, eran menores las habilidades cognitivas. También se encontró que pobreza y desnutrición se potencian, generando una causalidad recíproca y limitando la expresión de dichas capacidades.
Esto destaca que el fenómeno de la desnutrición no explica, de modo aislado, las dificultades cognitivas en niños con privaciones socioeconómicas, ya que la intervención de otros factores de la pobreza coexiste junto a las carencias nutricionales.
                                                                                    

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